La cocina libanesa es conocida por su frescura, su variedad y el uso generoso de hierbas y especias. Destaca por ingredientes como el aceite de oliva, el ajo, el limón, el yogur y los vegetales frescos. Entre los platos emblemáticos se encuentra el hummus, un puré de garbanzos con tahini (pasta de sésamo), ajo, limón y aceite de oliva, a menudo acompañado de pita.
El tabulé, una ensalada a base de perejil, tomate, bulgur, menta, limón y aceite de oliva, es también muy popular, al igual que el fattoush, una ensalada compuesta de vegetales frescos y trozos de pan pita tostado.
El kebbeh, una especie de croqueta de carne molida con bulgur y especias, y el shawarma, carne asada servida en pan pita, son imprescindibles. El moujaddara, un plato de lentejas, arroz y cebollas caramelizadas, también es muy apreciado.
Los mezze (pequeños platos para compartir) están en el corazón de la gastronomía libanesa e incluyen una gran variedad de dips, ensaladas, carnes a la parrilla y vegetales. En cuanto a los postres, el baklava, un pastel hecho de masa filo, nueces y miel, y el knafeh, un postre a base de queso y masa filo dulce, son delicias imperdibles.
La cocina libanesa es una verdadera explosión de sabores, que combina frescura, especias y simplicidad, y a menudo se disfruta en familia o con amigos.