La cocina japonesa es un arte refinado que combina sabores delicados, técnicas minuciosas y una estética cuidada. Entre las especialidades más emblemáticas se encuentran el sushi y el sashimi, dos platos que ponen de relieve el pescado crudo y la frescura de los ingredientes: el sushi combina arroz avinagrado con diversas guarniciones, mientras que el sashimi se centra en el pescado crudo cortado en finas lonchas.
El ramen, una sopa de noodles servida en un caldo salado (de soja, miso, pollo o cerdo), también es muy popular y puede mejorarse con carne, huevos en escabeche y verduras. La tempura ofrece una experiencia crujiente, con marisco o verduras rebozados y fritos hasta conseguir una textura perfecta.
El yakitori, brochetas de pollo asado y sazonado, es un tentempié popular en los izakayas (bares de tapas japoneses), mientras que el okonomiyaki, una tortita gruesa rellena de col, carne o marisco, se cocina en una plancha caliente y se sirve con salsas y virutas de bonito.
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